Cómo hablar con tu hijo sobre tus desafíos de salud mental
Resumen Del Artículo
- Los niños suelen notar cuando sus padres tienen dificultades de salud mental; si no se habla del tema, pueden angustiarse, pensar que ellos tienen la culpa o intentar “arreglar” el problema de sus padres.
- Iniciar conversaciones abiertas y adecuadas para su edad puede tranquilizarlos y reducir el estigma alrededor de las condiciones de salud mental.
- Cuando hablas de tu autocuidado y eres ejemplo (como ir a terapia o usar estrategias de afrontamiento), transmites esperanza y normalizas que la salud mental se puede trabajar.
La mayoría de los padres se enfrentan a muchas situaciones que generan estrés, ya sea en el trabajo, en sus relaciones o en lo financiero. Cuando estos factores de estrés se acumulan, pueden surgir desafíos de salud mental. Afrontar esos desafíos no te convierte en un mal padre. De hecho, dar ejemplo al buscar ayuda y usar estrategias de afrontamiento saludables puede normalizar el tema y enseñarle a tu hijo maneras sanas de manejar el estrés.
Algunos padres pueden recibir un diagnóstico de una condición de salud mental más crónica (por ejemplo, de larga duración) y preguntarse si deberían hablar de ello con su hijo. Vale la pena considerar: ¿Por qué nos resulta más fácil hablar con los niños sobre condiciones de salud física crónicas que sobre condiciones de salud mental crónicas?
Las condiciones de salud mental se parecen a otras condiciones como la diabetes: requieren cuidados diarios, medicamentos y a veces, pueden tener altibajos. Lamentablemente, existe más estigma en torno a la salud mental, por lo que es más difícil hablar del tema.
En estos casos, el instinto de muchos padres es guardar silencio sobre sus propias dificultades de salud mental para “proteger” a sus hijos. Sin embargo, callarlo no hace que desaparezca, y los niños suelen percibir más de la salud mental de sus padres de lo que uno imagina.
¿Cómo influye la salud mental de los padres en la de sus hijos?
Los niños suelen percibir y verse afectados por la salud mental de sus padres, hablen del tema abiertamente o no.
Si no hablamos abiertamente del tema, los niños pueden:
- Culparse o creer que las dificultades de salud mental de sus padres son su culpa.
- Sentir más miedo y ansiedad, porque notan que algo no está bien pero no entienden qué pasa, lo que genera incertidumbre.
- Pensar que es su responsabilidad cuidar o “tratar” los problemas de salud mental de sus padres, sumando mucha presión y estrés para un niño.
¿Cómo deberían los padres hablar con sus hijos sobre su propia salud mental?
A los padres les toca hablar con sus hijos sobre sus propias dificultades de salud mental y tranquilizarlos: no es culpa de los niños.
El cuándo y el cómo tengamos estas conversaciones puede proteger a los niños del estrés y asegurar que reciban información acorde a su edad.
Esta conversación puede sentirse abrumadora para padres que todavía están tratando de entender su propia salud mental. Para empezar, puedes:
- Da información adecuada para su edad, con apertura y honestidad. Deja que ellos guíen la conversación dando información de poco a poco. Si tienen una pregunta de seguimiento, es señal de que están listos para saber más. Ten en cuenta que los niños más pequeños pueden tardar en formular preguntas y quizá las hagan después, de manera inesperada.
- Usa lenguaje directo y la terminología correcta durante la conversación. Por ejemplo, di el nombre de tu diagnóstico (ej. ansiedad, depresión, trastorno bipolar).
Explica qué significa en palabras amigables para niños. Por ejemplo: “La ansiedad significa que a veces me preocupo mucho, aunque normalmente todo está bien.” - Dale seguridad a tu hijo de que no tiene la culpa ni es responsable de cuidarte.
“A veces mamá se enoja, pero no estoy enojada contigo. Mamá te quiere.” - Si no sabes cómo responder de forma adecuada para su edad, diles que no estás seguro de cómo contestar y que retomarán la conversación cuando hayas tenido tiempo de pensarlo.
- Evita detalles innecesarios sobre factores de estrés en adultos que podrían contribuir a dificultades de salud mental y que van más allá de lo que tu hijo puede entender. Puedes hablarlo de manera general. Por ejemplo: “A veces me siento muy triste por cosas difíciles que me han pasado.”
- Transmite esperanza. Cuéntales qué estás haciendo para tratar tu salud mental. Por ejemplo:
- “Hablo con un doctor que me ayuda con mis preocupaciones.”
- “Cuando estoy enojado uso herramientas para calmarme. Por ejemplo, salgo a caminar y escucho música.”
Recuerda que no es una conversación de una sola vez. Mantengan el diálogo y da ejemplo usando estrategias de afrontamiento saludables para cuidar de ti mismo.
Al hablar con tu hijo sobre tu estrés o tu condición de salud mental, ayudas a reducir el estigma y a que entienda que la salud mental no es algo que deba dar miedo, sino una condición que se puede manejar.
Referencias:
Riebschleger J. Grové C. Cavanaugh D. Costello S. (2017). Mental Health Literacy Content for Children of Parents with a Mental Illness: Thematic Analysis of a Literature Review. Brain Sciences, 7(11), 141.
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