- La mayoría de los niños presentan síntomas de impulsividad, falta de atención o inquietud en ciertos momentos o actividades.
- Si estos síntomas aparecen con frecuencia e interfieren con las rutinas diarias en casa, la escuela o el trabajo, podrían ser indicativos de TDAH.
- Las formas de manejar el TDAH en los niños incluyen la terapia, la medicación y el apoyo escolar.
Por qué los niños se portan mal
Resumen Del Artículo
- Antes de aplicar consecuencias, identifica la causa del comportamiento del niño.
- Los niños actúan para conseguir lo que quieren, a menudo intensificando su comportamiento si fracasan los intentos iniciales.
- Asegúrate de que el niño no tenga hambre, este cansado, ocupado, sediento o aburrido, y ten en cuenta si está abrumado por las emociones.
La frustración por aprender nuevas habilidades puede generar conductas desafiantes. Si las dificultades persisten, consulta con un pediatra o un maestro.
¿Has tenido problemas con el comportamiento de un niño?
No estás solo.
Los niños pueden portarse mal y, a veces, puede ser difícil para los adultos saber qué hacer. En primer lugar, hay que entender de dónde viene el comportamiento. Luego, puedes pensar en cómo seleccionar, comunicar y hacer cumplir las consecuencias.
También es importante asegurarte de notar y elogiar su comportamiento positivo.
Entendiendo los berrinches
Los niños se comportan de ciertas maneras porque necesitan o quieren algo que es importante para ellos, como independencia, atención entre otras cosas. Pero usualmente lo que necesitan y quieren está controlado por un adulto, así que recurren a un comportamiento disruptivo para conseguirlo.
¿Entonces? ¿Qué ocurre cuando no consiguen lo que quieren o necesitan? ¡Intentan que cambies de opinión y cedas a sus demandas!
Imagina que eres un candado. Muchas veces, el comportamiento de un niño es como probar diferentes "llaves" o estrategias para intentar abrir el candado y conseguir lo que quieren.
A veces, empiezan con comportamientos adecuados, como pedir amablemente o intentar esperar con paciencia. Pero si no se les hace caso, o el momento no es el adecuado, suelen pasar a "llaves" o comportamientos más intensos.
De repente, el niño empieza a quejarse, hace berrinches o levanta la voz para intentar llamar tu atención.
Si eso no funciona, puede subir de nivel y actuar de formas más graves, lo que agota a todos.
Puede que acabes cediendo a sus quejas para evitar los gritos, o puede que tú mismo le respondas con enojo para que deje de comportarse así. El comportamiento disruptivo desencadena nuestra respuesta de lucha o huida. Una vez que establecemos un patrón de respuesta ante un comportamiento no deseado, es difícil romperlo.
Pero no tienes que dejar que llegue a ese punto. Recuerda que los niños actúan como lo hacen porque hay algo que necesitan o quieren.
Interpretando el comportamiento
Recuerda también que todos los niños ponen a prueba los límites como parte de su proceso de aprendizaje. En cada etapa, es normal que se comporten de manera desafiante, que no obedezcan o que quieran hacer las cosas a su manera.
Pero eso no significa que tengas que aceptar el mal comportamiento.
Comprender que probar los límites forma parte del camino de los niños hacia la independencia, puede ayudarte a mantener la calma en el momento.
Otras causas de comportamiento disruptivo
Cuando te enfrentes a un comportamiento no deseado, tómate un momento para revisar otras posibles causas. ¿El niño está...?
- Con hambre
- Cansado
- Ocupado
- Sediento
- Aburrido
También es posible que el comportamiento se deba a emociones intensas que el niño no sabe cómo manejar. Cuando los niños se sienten abrumados por las emociones, no siempre es evidente. Los niños no siempre expresan sus pensamientos y en muchas ocasiones, no tienen palabras para describir sus sentimientos.
Puede que tengas que ayudarles a respirar hondo u otras estrategias de relajación. Luego, puedes intentar hacerle algunas preguntas que te ayuden a llegar al fondo de su comportamiento. Si no sabes por dónde empezar, prueba con nuestros temas de conversación.
Los problemas de desarrollo también pueden ser causa de comportamientos disruptivos. Si tu hijo tiene dificultades para aprender una nueva habilidad, ya sea atarse los zapatos o escribir en cursiva, puede sentirse mal y expresar su frustración a través de su comportamiento. Si te preocupa que tu hijo tenga problemas de desarrollo consulta con su pediatra o con su maestro.