julio 2025

Cómo ayudar a los niños a manejar la ansiedad por el regreso a clases

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Beth Cumming, MA, Jenna Riggs, LSW, and Emily Schrader, MSW, LSW

Resumen Del Artículo

 
  • Los nervios por el regreso a clases son comunes, especialmente en momentos de cambio, como cuando los niños comienzan en una nueva escuela. Puedes ayudarlos a manejar estas emociones retomando las rutinas escolares con anticipación y visitando la nueva escuela o salón de clases.
  • Ayuda a tu hijo a reconectarse con compañeros organizando salidas divertidas, inclúyelo en la compra de útiles escolares y hablen sobre lo que le gusta de la escuela para reducir el miedo.
  • Escucha sus preocupaciones, ayúdalo a cuestionar pensamientos negativos y enséñale estrategias para afrontar el estrés, como ejercicios de relajación.

Si las preocupaciones continúan por más de unas semanas, consulta con el pediatra o con un terapeuta para recibir apoyo adicional.

Ya sea que tu hijo vaya a una escuela nueva este año o que siga en el mismo edificio, pero con un nuevo grupo, es posible que empiece a sentirse nervioso por el inicio de clases. La ansiedad por el regreso a la escuela es algo común en los niños al comenzar un nuevo ciclo escolar.

Pasar de primaria a secundaria, o de secundaria a preparatoria, puede generar una ansiedad aún mayor, ya que surgen nuevas preocupaciones, como:

  • Perderse en los pasillos
  • Tener dificultades para abrir el casillero
  • No conocer a nadie en sus clases

La mayoría de los niños puede manejar la ansiedad por el regreso a clases con el apoyo de los adultos que los rodean. Como adultos, muchas veces queremos protegerlos de emociones fuertes o incómodas. Por eso, puede ser tentador permitir que se queden en casa. Pero ¿Sabías que evitar aquello que nos da miedo en realidad puede empeorar ese miedo?

Para ayudar a tu hijo a sentirse menos nervioso con respecto a la escuela, puedes usar las siguientes herramientas para manejar emociones intensas y pensamientos negativos.

Escucha sus preocupaciones y busquen soluciones juntos.
Ayuda a tu hijo a identificar los pensamientos que podrían estar causando su ansiedad. Por ejemplo, ¿Piensa que no va a caerle bien a nadie? ¿Le preocupa que le vaya mal en matemáticas?

Luego, ayúdalo a buscar soluciones y a responder a esos pensamientos negativos. Resolver estas inquietudes juntos puede ayudarlo a sentirse más seguro. Si le preocupa no saber cómo usar su casillero, practiquen juntos cómo abrir un candado. Si le angustia no conocer a nadie en clase, ayúdalo a recordar cómo ha hecho amigos en el pasado. ¿Está preocupado porque el año pasado fue difícil y teme que este sea igual? Hablen sobre eso y recuérdale que están en esto juntos, y que pueden buscar maneras de mejorar la experiencia.

Presta atención a los síntomas físicos.
El miedo, el estrés y los nervios muchas veces se manifiestan como dolor de estómago, dolor de cabeza o náuseas. Si ya se descartaron causas médicas, es posible que tu hijo esté expresando sus emociones a través del cuerpo. Practiquen juntos respiración profunda y ejercicios de relajación todos los días para que aprenda a manejar la tensión y reducir estos síntomas.

Hablen sobre lo positivo.
Ayuda a tu hijo a entusiasmarse con el regreso a clases conversando con él durante las vacaciones de verano. Tal vez esté emocionado por ver a su maestro favorito o por jugar con sus amigos en el recreo. Recordar experiencias agradables puede disminuir la ansiedad. Si va a una escuela nueva, pueden hablar sobre las cosas divertidas que vienen con ese cambio. También puedes compartirle recuerdos positivos de cuando tú estabas en ese mismo grado.

Vuelvan a establecer una rutina escolar.
Unas dos semanas antes del inicio de clases, comienza a ajustar poco a poco la hora de dormir y de despertar de tu hijo, para que levantarse temprano no le resulte tan difícil. Las rutinas y un buen descanso son fundamentales para el éxito escolar y el bienestar emocional.

Visiten la escuela.
Aprovecha cualquier oportunidad para conocer a los maestros, recorrer el edificio o asistir a algún evento antes del primer día de clases. Si eso no es posible, simplemente visitar los alrededores de la escuela y mostrarle las entradas puede ayudar a que tu hijo se sienta más tranquilo. Sabemos que exponerse gradualmente a lo que da miedo y practicarlo es una de las mejores maneras de enfrentar los nervios y la ansiedad.

Organiza encuentros con amigos.
Si tu hijo no ha visto últimamente a sus compañeros de la escuela, ayúdalo a reencontrarse con ellos para que vuelvan a sentirse cómodos después de las vacaciones. Si va a entrar a secundaria o preparatoria y algún vecino o primo ya asiste a esa escuela, júntalos para que tu hijo pueda conocer detalles prácticos que le den más confianza con la transición.

Vayan juntos a comprar los útiles escolares.
Permitir que tu hijo elija cuadernos, lápices, mochila y otros materiales que le gusten puede ayudarlo a emocionarse por el inicio del nuevo ciclo escolar. Para quienes empiezan secundaria o preparatoria, también puede ser útil tener conversaciones sobre cómo mantenerse organizado y llevar un sistema para no perder de vista las tareas de distintas materias.

¿Cuándo se necesita más apoyo?
La mayoría de los niños se adapta al nuevo ciclo escolar en unas dos o tres semanas. Si tu hijo sigue muy ansioso,se niega a ir a la escuela o no participa en clase, habla con su pediatra. Puede beneficiarse de apoyo terapéutico para trabajar la ansiedad. Si es necesario, acuerda con su maestro o con el consejero escolar un plan que le permita tomar un descanso breve cuando lo necesite, y luego regresar a clase.