Apoyar a los niños ante una pérdida o un cambio
Resumen Del Artículo
Los niños se sienten tristes por muchas pérdidas, como la mudanza de un amigo, la marcha de un profesor querido de su clase o un conflicto familiar continuo. ¿Cómo puede ayudarles a sobrellevarlo?
Los niños experimentan numerosas pérdidas a lo largo de su vida. A menudo, se da por sentado que los niños solo experimentan dolor cuando fallece un ser querido. Sin embargo, sabemos que los niños sufren muchas otras pérdidas, como la mudanza de su mejor amigo, el despliegue militar de un cuidador, el encarcelamiento de un ser querido, el divorcio y el cambio de colegio. Ayudar a los niños a procesar el dolor es importante para su salud mental.
El dolor es la respuesta a un cambio que el niño no ha pedido y que a menudo incluye síntomas emocionales, físicos, sociales y de comportamiento. El dolor no relacionado con la muerte puede ser a veces más difícil de sobrellevar para los niños, ya que su dolor no siempre se reconoce o se comprende.
Algunos niños pueden mostrarse reacios a hablar de su pérdida o de sus emociones, especialmente si se sienten incomprendidos. Puede ayudar a los niños a lidiar con sus sentimientos recordándoles que la pérdida es difícil y que está bien sentir emociones fuertes cuando sucede algo difícil o inesperado.
Cuando su hijo experimente una pérdida no relacionada con la muerte:
Valide y normalice sus sentimientos
Muchos niños sienten que los demás pueden no comprender el impacto que tienen en sus vidas las pérdidas no relacionadas con la muerte. Reconozca su pérdida y cómo ha cambiado su situación. Hágales saber que es normal experimentar emociones intensas y que usted es un espacio seguro para compartir y procesar sus emociones. Quizás pueda compartir con su hijo un momento en el que usted sufrió una pérdida en su vida que no estaba relacionada con la muerte de un ser querido. Recuérdeles que no hay una forma correcta o incorrecta de llorar una pérdida y que el duelo no tiene un plazo determinado. Las emociones de un niño irán y vendrán a medida que llora estas pérdidas. Estos consejos son especialmente importantes para el duelo no relacionado con la muerte, ya que los niños pueden reprimir sus sentimientos si no creen que sus emociones o dificultades para afrontar la situación sean normales. Descargue a continuación nuestras ideas para iniciar conversaciones sobre las mejores formas de abordar estos temas difíciles.
No compare las pérdidas
Todas las pérdidas son diferentes. La pérdida no es una competición, y un niño no tiene que demostrar su dolor a nadie. Cambiar de colegio puede ser tan difícil de afrontar como la muerte de un abuelo.
Resista la tentación de resolver el problema
Como cuidadores, es normal querer aliviar el dolor de su hijo tratando de resolver el problema («Harás nuevos amigos en tu nuevo colegio» o «Al menos el despliegue de papá se ha retrasado unos meses y has podido pasar más tiempo con él»). Aunque bien intencionados, estos comentarios y estrategias para resolver problemas a veces pueden causar más daño a su hijo. Recuerde que no puede solucionar el dolor de un niño. Su presencia, su amor y su disposición a escuchar son el mejor apoyo que puede ofrecer a un niño que está pasando por un duelo.
Diga la verdad
Sea abierto y honesto con su hijo. Intente evitar prometer algo que no puede garantizar, ya que esto puede hacer que su hijo pierda la confianza en usted. No pasa nada por decir que no tiene todas las respuestas.
Colabore con su sistema de apoyo
Considere compartir información sobre la pérdida del niño con su maestro o entrenador para proporcionar un contexto para los posibles cambios en su estado de ánimo o comportamiento. Discuta posibles adaptaciones a corto plazo para ayudar a apoyar al niño en estos entornos (por ejemplo, oportunidades para tomar un descanso en la escuela cuando sienta una gran emoción, actividades alternativas para cosas que le recuerden la pérdida). Hable con su hijo sobre lo que se siente cómodo compartiendo. Otras personas pueden proporcionar apoyo adicional.
Comparte recuerdos, crea nuevos rituales y encuentra formas de sentirte conectado
Encontrar formas continuas de hablar abiertamente sobre a quién o qué se echa de menos es una parte importante del duelo. Esto puede incluir compartir sus recuerdos favoritos, mirar fotos del antiguo barrio o colegio, comer la comida favorita de un padre o amigo que ya no vive cerca y realizar actividades que le recuerden a la persona que echa de menos.
¿Cuándo debo preocuparme?
Es normal que los niños experimenten una serie de síntomas emocionales (por ejemplo, tristeza, culpa, preocupación, ira), físicos (por ejemplo, dolores de estómago, dolores de cabeza), conductuales (por ejemplo, comportamientos rebeldes) y cognitivos (por ejemplo, olvidos, dificultades para prestar atención) mientras afrontan el duelo.
Si el duelo de su hijo está afectando significativamente a su funcionamiento diario, por ejemplo, si tiene dificultades para levantarse de la cama, falta a la escuela, ya no disfruta de sus actividades preferidas o se aleja de sus seres queridos, es importante buscar ayuda adicional. Póngase en contacto con el pediatra de su hijo o con un terapeuta de salud mental.