noviembre 2023

Ayudar a los niños en el duelo

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Megan Schaefer, PhD

Resumen Del Artículo

 
El duelo, el dolor emocional y la angustia que se experimentan tras la muerte de un ser querido, es una de las experiencias perturbadoras más comunes en la infancia.

Muchos niños sufrirán la muerte de uno de sus padres, un hermano u otra persona cercana antes de los 18 años. El duelo, el dolor emocional y la angustia que se experimentan tras la muerte de un ser querido, es una de las experiencias perturbadoras más comunes en la infancia.

Cómo varía el duelo en función de la edad

Las respuestas al duelo pueden ser diferentes en función del desarrollo. Estas son algunas de las reacciones de duelo más comunes entre los niños en edad preescolar y los adultos jóvenes:

  • Lactantes: Mayor aferramiento, duermen y se despiertan con más frecuencia, lloran más, son hiper/energéticos
  • Preescolares: Irritabilidad, regresiones en el desarrollo (por ejemplo, orinarse en la cama, chuparse el dedo, hablar como bebés), comportarse mal, miedo a la separación, aumento de las pesadillas, mostrar poca o ninguna preocupación y volver rápidamente al juego cuando se habla de la muerte.
  • Niños en edad escolar: Ansiedad, negación, culpabilidad, retraimiento, ira, bajada de notas, dificultades para prestar atención, miedo a la propia muerte, cambios en el sueño, síntomas físicos (por ejemplo, dolores de estómago, dolores de cabeza).
  • Adolescentes/adultos jóvenes: Muchas similitudes con los niños en edad escolar, con el añadido de la asunción de riesgos, el aumento de los conflictos con los compañeros y la familia, la búsqueda continua de la espiritualidad, la presión para asumir más responsabilidades

Apoyo a los niños en duelo

Es importante que los niños en duelo se sientan seguros, queridos y apoyados. A continuación se ofrecen algunos consejos para que los padres y cuidadores apoyen mejor a los niños en duelo:

  • Mantenga las rutinas y siga poniendo límites a los comportamientos. Muchos niños pierden la sensación de control cuando muere un ser querido. Al mantener las rutinas y establecer límites de comportamiento, los niños adquieren una sensación de normalidad y control en un mundo que puede haber dejado de tener sentido.
  • Facilite conversaciones abiertas y sinceras con su hijo sobre la muerte y el duelo. Es importante utilizar un lenguaje sencillo, claro y honesto con el niño.
    MEJOR MÁS QUE
    muerto
    el cuerpo dejó de funcionar
    fallecido
    dormido
    llevado a un lugar mejor
    Cuando los niños no reciben un lenguaje directo y honesto sobre la muerte, se les deja a su imaginación, lo que a veces resulta en una mayor preocupación. Además, en el caso de los niños más pequeños, asegurarles que no han hecho nada para provocar la muerte puede aumentar su tranquilidad. Cuando su hijo haga preguntas, déle respuestas sinceras, pero sepa que no pasa nada si usted no tiene todas las respuestas. Si su hijo le hace una pregunta para la que usted no tiene respuesta, puede animarle a que piense en voz alta: «Es una buena pregunta. ¿Qué te parece?».
  • Normalice y valide todas las emociones. Está bien sentir una serie de emociones durante el duelo, como tristeza, frustración, ira, alivio, etc. Asegúrele a su hijo que a menudo sentimos más de una emoción, incluso cuando son contradictorias. Por ejemplo, su hijo puede sentirse enfadado por la muerte de su padre a causa de una enfermedad grave, pero aliviado porque ya no sufre. Algunos niños tienen miedo de sentir felicidad durante el duelo, porque creen que siempre deben sentir dolor. Hágale saber que está bien sentir alegría incluso estando triste.
  • Modele un duelo sano. Debe sentirse cómodo expresando parte de su tristeza, enfado y otras emociones delante de su hijo. Al modelar un duelo saludable, le está dando permiso al niño para expresar sus emociones y pensamientos a su alrededor. Los niños se benefician de los modelos de cómo afrontar el duelo y pueden apreciar las oportunidades de participar en estrategias de afrontamiento (por ejemplo, dar un paseo, dibujar, escuchar música) junto a sus seres queridos que están sufriendo de forma similar. Cuando los niños no ven sufrir a sus padres o cuidadores, pueden sentirse culpables por las emociones que experimentan o sentir que estas emociones pueden ser una carga para los que ya están sufriendo y, por lo tanto, pueden abstenerse de expresarlas.
  • Hable con su hijo de los mitos más comunes sobre el duelo. Existen muchos mitos sobre el duelo que a veces pueden complicarlo. Recuérdele que no todas las muertes/pérdidas son iguales; que no hay una línea de tiempo a seguir; que cada persona sufre de manera diferente; y que el duelo no es lineal y fluirá con el tiempo.
  • Deje que su hijo elija si desea participar en los servicios funerarios y conmemorativos. Ayude a los niños a sentirse capacitados ofreciéndoles la opción de asistir al funeral. A veces, los cuidadores o los padres temen que asistir al funeral sea más perjudicial que útil, pero muchos niños lo consideran beneficioso para cerrar el duelo. Si el niño decide asistir al funeral, ayúdele a prepararse informándole sobre dónde tendrá lugar el funeral, quién estará allí, qué aspecto tendrá el ataúd (por ejemplo, abierto o cerrado) y cómo puede responder e interactuar la gente con el niño durante el funeral.
  • Colabore con los profesores cuando el niño en duelo regrese a la escuela. La vuelta al colegio después de una muerte cercana puede ser un reto. Los padres/cuidadores pueden ayudar a promover la adaptación del niño a la escuela preguntándole qué le gustaría compartir con los profesores/compañeros de clase, elaborando un plan de seguridad para el día difícil, planificando las rutinas para dejar y recoger al niño, y proporcionando orientación anticipada sobre cómo manejar los posibles cambios en el comportamiento de los amigos/compañeros de clase (por ejemplo, no saber cómo consolar al niño que está de duelo).
  • Comparta recuerdos, cree rituales y encuentre formas de que el niño continúe su vínculo con el ser querido fallecido. Una parte importante del duelo es mantener los vínculos con los seres queridos. Aunque la persona ya no esté físicamente presente, continuar los vínculos con ella permite al niño seguir sintiéndose unido a su ser querido. Esto puede consistir en compartir sus recuerdos favoritos sobre el ser querido, mirar álbumes de recortes, ponerse su ropa, llevar su foto, celebrar su cumpleaños, comer su comida favorita o incluirlo en las tradiciones navideñas anuales.
  • Supervise cómo el duelo de su hijo está afectando a su funcionamiento. Aunque es normal sentir una serie de emociones tras la muerte de un ser querido, algunos niños pueden experimentar un duelo prolongado o complicado. Si sospecha que su hijo está experimentando un duelo prolongado (síntomas un año después de la muerte del ser querido), puede ser útil buscar apoyo profesional. Los síntomas del duelo prolongado son los siguientes
    • evitar los recuerdos de la persona fallecida
    • pérdida de identidad
    • problemas para aceptar la pérdida
    • sentir que la vida no tiene sentido
    • Incapacidad para retomar las actividades cotidianas

El duelo es una emoción difícil y compleja para los niños. A pesar de las emociones difíciles asociadas con el duelo, este dolor emocional es un signo de lo mucho que el niño amaba a su familiar y/o amigo, y esto siempre puede ser un recordatorio útil cuando el niño se siente abrumado por su dolor.