Comprendiendo ACEs y PACEs
Resumen Del Artículo
• Los eventos traumáticos que le ocurren a un niño pueden afectarlo durante toda su vida. A estos eventos se les llama experiencias adversas en la infancia (ACEs, por sus siglas en inglés).
• Más del 60 % de los adultos reportan haber vivido al menos una ACE durante su infancia. Las mujeres y algunos grupos históricamente marginados tienen más probabilidades de haber experimentado cuatro o más ACEs.
Experiencias Adversas en la Infancia (ACEs)
Las ACEs son eventos traumáticos o difíciles que suceden entre los 0 y 17 años y que pueden tener un impacto significativo en el bienestar físico y mental a largo plazo.
Pueden aumentar el riesgo de:
• Problemas de salud mental
• Enfermedades físicas crónicas como diabetes o enfermedades del corazón
• Trastornos por consumo de sustancias
Ejemplos de ACEs:
• Vivir abuso o negligencia
• Tener un padre, madre o familiar en la cárcel
• Presenciar violencia (en casa o en la comunidad)
• Crecer en un hogar con consumo de sustancias o enfermedades mentales
La buena noticia
Aun si un niño ha vivido experiencias difíciles, hay muchas cosas que podemos hacer para proteger su salud mental y ayudarlo a salir adelante.
Experiencias Protectoras y Compensatorias (PACEs)
También conocidas como factores protectores, estas experiencias ayudan a que los niños desarrollen resiliencia y bienestar emocional.
Ejemplos de PACEs:
• Contar con una red de apoyo social fuerte
• Participar en actividades comunitarias
• Tener una mentalidad positiva y estrategias para manejar el estrés
Beneficios de los factores protectores:
• Fortalecen la salud mental
• Disminuyen el riesgo de enfermedades mentales
• Ayudan a manejar el estrés y enfrentar desafíos
• Protegen contra factores de riesgo como el acoso escolar o la violencia
¿Cómo ayudan los factores protectores?
Los factores protectores ayudan a los niños a construir relaciones sanas con la familia, amistades, maestros y otras personas en la comunidad. También les ayudan a desarrollar autoestima, habilidades para resolver problemas y estrategias para manejar sus emociones.
Cómo fomentar los factores protectores
Las relaciones familiares y el ambiente en casa son clave. Otros factores que también protegen a los niños incluyen:
• Un sentido de seguridad
• Rutinas consistentes
• Un ambiente estable
• Expectativas claras
• Una relación cercana con los hijos basada en la confianza, la honestidad y sin juicios
Cuando los niños sienten que pueden hablar con un adulto de confianza, es más probable que pidan ayuda cuando enfrenten un problema, en lugar de buscar apoyo en personas que pudieran ser malas influencias.
Otras personas que pueden ayudar
Otros adultos de confianza también pueden ofrecer apoyo. Anímalos a tener relaciones positivas con:
• Maestros
• Entrenadores
• Consejeros escolares
• Personas de su comunidad religiosa
• Compañeros
• Amigos y vecinos
Otros factores protectores
- Celebrar las tradiciones y cultura familiar, ya sea en casa o en comunidad, les da orgullo y sentido de pertenencia.
• Participar en actividades escolares (clubes, deportes, teatro) ayuda a desarrollar habilidades y confianza.
• Programas de mentoría, academias vocacionales y trabajos de medio tiempo permiten que los adolescentes asuman nuevas responsabilidades en espacios seguros.
• Practicar el diálogo interno positivo y reconocer sus logros refuerza la autoestima.
• Llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio y dormir bien fortalece el cuerpo y mejora la salud mental.
• Aprender a manejar el estrés de manera saludable (hablar con amistades, moverse, hacer actividades positivas) es clave.
¿Cuándo buscar ayuda profesional?
A veces, aunque existan factores protectores, los niños todavía pueden necesitar apoyo adicional. Busca ayuda de un terapeuta si:
• Tu hijo parece estar ansioso, deprimido o muestra comportamientos más intensos o difíciles
• Se aísla o empieza a convivir con personas que lo incitan a hacer cosas peligrosas o dañinas
Un terapeuta puede ayudarles a fortalecer su autoestima, ser más positivos y desarrollar resiliencia.
¡Cualquier persona puede beneficiarse de los factores protectores — nunca es tarde para empezar!
Este folleto fue financiado por una subvención de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), División de Prevención de Sobredosis (DOP), Centro Nacional para la Prevención de Lesiones (NCIPC).
Referencias:
Centers for Disease Control and Prevention. Fast Facts: Preventing Adverse Childhood Experiences.
https://www.cdc.gov/violenceprevention/aces/fastfact.html