Trastorno obsesivo-compulsivo en niños y adolescentes
Resumen Del Artículo
Todos los niños tienen preocupaciones. Cuando un niño o adolescente sigue teniendo grandes preocupaciones o parece atrapado en un ciclo de pensamiento, a pesar de hablarlo e intentar detenerlo, debe buscar ayuda. Una enfermedad mental que provoca grandes preocupaciones y comportamientos repetitivos es el trastorno obsesivo-compulsivo.
¿Qué es el TOC?
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) provoca una preocupación excesiva o pensamientos intrusivos (obsesiones) que a menudo conducen a rituales (comportamientos compulsivos). Estos comportamientos repetidos ayudan al niño a sentir que está evitando que ocurran cosas malas, o pensamientos negativos. Estas obsesiones y rituales suelen afectar a los niños en casa, en el colegio y en otras facetas de su vida.
¿Cuáles son los signos y síntomas del TOC?
El TOC en niños suele diagnosticarse entre los 7 y los 12 años. Es posible que los niños tengan pensamientos obsesivos sin comportamientos compulsivos. También es posible que los comportamientos compulsivos sean invisibles para los padres o cuidadores, como que el niño cuente mentalmente un número determinado.
A continuación, te explicamos cómo detectar los signos más comunes del TOC en niños y adolescentes.
Para los niños y adolescentes con TOC, las obsesiones más comunes son:
- Miedo a la suciedad o a los gérmenes (pueden sentirse contaminados por la gente o por tocar ciertos objetos)
- Concentración intensa en la fe, la espiritualidad o las normas o prácticas religiosas (alteración de la vida)
- Hablar de/preocuparse por los desechos corporales
- Pensamientos sexuales o violentos
- Preocupación por enfermedades, accidentes o lesiones propias o de familiares.
- Deseo vehemente de que las cosas estén ordenadas, precisas o alineadas
- Preocupación por los objetos del hogar
- Sonidos o palabras intrusivos
- Números de la suerte y de la desgracia
Estas compulsiones son las más comunes entre niños y adolescentes:
- Dedicar tiempo a la limpieza corporal, como cepillarse los dientes, bañarse/ducharse o lavarse las manos.
- Contar repetidamente en voz alta o en silencio
- Tocar ciertos objetos o artículos un determinado número de veces antes de seguir adelante.
- Rituales de comprobación, como asegurarse de que los deberes están hechos y guardados varias veces o mirar una y otra vez si una puerta está cerrada.
- Coleccionar artículos u objetos de poco valor y ponerse a la defensiva cuando se cambian de sitio, se mueven o se quitan
- Realizar rituales para evitar hacerse daño a sí mismos o a los demás o para «deshacer» el contacto con una persona u objeto «contaminado».
- Limpiar repetidamente determinadas zonas de la casa o determinados objetos y tener que hacerlo de determinada manera o en determinados momentos.
- Colocar los objetos de una forma u orden determinados y enfadarse mucho cuando se «desordena» o cambia ese orden.
- Repetición de comportamientos, como atravesar una habitación sólo en una dirección determinada, leer y releer o escribir, borrar y volver a escribir, o tener que tocar el marco de la puerta antes de atravesarla.
Al principio, puede parecer que los rituales ayudan a su hijo a sentirse mejor con sus pensamientos obsesivos. Pero los rituales y las compulsiones pueden ampliarse y acumularse mutuamente con el tiempo, consumiendo gran parte de la energía de tu hijo e impidiéndole hacer las cosas que quiere hacer.
¿Qué debo hacer si estoy preocupado?
- Hable con su hijo de forma cariñosa sobre los comportamientos que observa. Podría decirle algo como «Me he dado cuenta de que enciendes el interruptor de la luz muchas veces cada noche antes de acostarte. Te parece estresante que yo apague la luz en su lugar».
- Dígale a su hijo que va a pedir cita con un médico para hablar de ello. Tranquiliza a tu hijo diciéndole que existen tratamientos que pueden ayudarle a sentirse mejor.
- Hable con su pediatra o concierte una cita con un especialista en salud mental pediátrica. Aunque el TOC puede ser perjudicial, existen tratamientos que pueden reducir significativamente los síntomas y hacerlos manejables.
¿Cuál es el mejor tratamiento para el TOC?
La mejor línea de tratamiento para el TOC implica medicación, prescrita por un psiquiatra, y un tipo especializado de terapia llamada Terapia Cognitivo-Conductual con Exposición y Prevención de Respuesta (TCC con PRE).
La EPR consiste en exponer gradualmente a un niño con TOC a aquello que le produce ansiedad, a la vez que se le proporcionan las habilidades necesarias para hacer frente a su ansiedad y se le limita el acceso a sus rituales. Con el tiempo, experimentan menos ansiedad y pueden afrontar mejor la situación.
Planifique asistir a las sesiones de terapia con su hijo. Los comportamientos del TOC no se «arreglan» de la noche a la mañana. Se necesita terapia, tiempo, práctica, tratamiento y ayuda para que los niños mejoren.
Referencias
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