3 formas de afrontar la presión
Resumen Del Artículo
- Ayuda a los niños a notar sus pensamientos y evaluar si son ciertos.
- Motívalos a enfocarse en el momento presente, lo cual puede ayudarles a sentirse más tranquilos.
- Enséñales a relajar su cuerpo, ya que esto también puede mejorar su concentración.
Siempre es impresionante cuando un deportista tiene que hacer esa última jugada que gana el partido y mantiene la calma bajo presión. Incluso los que no somos deportistas, ya seamos adultos o niños, sentimos presión a veces.
¿Cómo ayudamos a nuestros hijos a manejar la presión antes de un gran partido, una actuación con la banda o un examen?
He aquí tres maneras de afrontar la presión:
1. Prestar atención a nuestros pensamientos.
Cuando estamos bajo presión, nuestra mente puede tener pensamientos negativos como: «Voy a fracasar», «No soy lo suficientemente bueno» o «Todo el mundo se va a reír de mí».
Tenemos que darnos cuenta de esos pensamientos e intentar contestarles. Conviértete en un «detective del pensamiento» y piensa qué pruebas tienes de que tus pensamientos negativos no son ciertos. Pregúntate: «¿He tenido éxito antes?». «¿Cómo he afrontado antes el fracaso?». Piensa en lo mucho que has practicado y en lo preparado que estás para el reto que se avecina. Vea consejos adicionales sobre cómo defenderse de la autoconversación negativa.
2. Practica la atención plena.
Cuando estamos metidos en nuestra cabeza y pensamos demasiado en el futuro o demasiado en el pasado, esto puede crear mucha presión y hacer que nos paralicemos o que no queramos hacer algo. En este caso, tenemos que volver al momento presente. Fíjate en lo que te rodea, en lo que pasa a tu alrededor, en lo que siente tu cuerpo... céntrate en el ahora. Echa un vistazo a estos consejos para practicar mindfulness.
3. Relajar el cuerpo.
Cuando nos sentimos presionados, nuestros músculos pueden ponerse tensos y nuestra respiración y latidos del corazón pueden sentirse muy acelerados. Esto sucede de forma automática, sin nuestro control. Tenemos que hacer cosas que nos ayuden a ralentizar y relajar nuestro cuerpo para poder rendir mejor.