- La activación conductual es una herramienta útil para todos los niños. Funciona tanto como una herramienta de bienestar y prevención como para aquellos que están lidiando con emociones difíciles.
- Ser activo puede ayudar a mejorar el estado de ánimo, pero puede ser difícil querer estar activo cuando te sientes triste.
- Puedes ayudar a los niños a encontrar actividades que estén dispuestos a hacer y luego ver cómo se sienten después de hacerlas.
Ayudando a un niño que ha tenido un día triste
Resumen Del Artículo
- La tristeza puede manifestarse de manera diferente en los niños, dependiendo de su edad.
- Puedes ayudar a los niños a enfrentar la tristeza con nuestros 3 pasos.
- Aprende cómo hablar de la tristeza con un niño.
Los niños también tienen días malos—y días tristes.
Al igual que los adultos, pueden tener una experiencia—o un día—que los deja sintiéndose derrotados.
La forma en que respondemos a un niño que tiene un día triste es importante. En algunas familias latinas, puede haber una expectativa de que los niños deben ser "fuertes" y que expresar emociones es una señal de debilidad. Queremos criar a niños que sepan que las emociones son normales y que existen maneras de enfrentarlas, para que no se queden estancados en ellas.
Cómo se ve la tristeza en los niños
Primero, debemos saber cómo identificar cuándo un niño se siente triste. No todos los niños te dirán que están tristes y necesitan hablar. La tristeza se manifiesta de diferentes maneras dependiendo del niño o su edad.
- En los niños más pequeños: Pueden llorar o fruncir el ceño. También pueden actuar más desafiantes de lo habitual porque los niños a menudo muestran sus emociones a través de su comportamiento. Algunos niños pequeños son buenos para nombrar emociones, pero pueden no ser conscientes de lo que las está causando.
- En preadolescentes y adolescentes: Los niños mayores pueden aislarse socialmente. Este grupo de edad también puede estar más irritable y enojado cuando se sienten tristes. A diferencia de los niños más pequeños, los mayores son más propensos a saber qué está causando sus sentimientos, pero no están seguros de cómo enfrentarlos.
3 claves para ayudar a los niños con la tristeza
Si notas que tu hijo está teniendo un día triste, aquí es donde puedes comenzar:
- Normaliza las emociones difíciles
Es importante hacerles saber a los niños, desde una edad temprana, que sentirse triste de vez en cuando es normal. Puedes hacer que los niños entiendan que sus emociones son normales validando lo que sienten. Por ejemplo, podrías decir: “Me doy cuenta de que te sientes triste porque te dejaron fuera de tu grupo de amigos; realmente tenías muchas ganas de pasar tiempo con ellos.” También puedes modelar cómo expresar tus propias emociones de una manera apropiada para su edad. Cuando los niños ven que todos experimentan tristeza de vez en cuando y cómo se enfrentan a ella, pueden entender que es normal.
Mostrarles amor y aceptación en su tristeza puede hacer que sea más probable que acudan a ti cuando las cosas se pongan difíciles. Darles un sistema de apoyo puede prevenir futuros problemas de salud mental.
- Habla sobre la tristeza
Una de las mejores maneras de ayudar a un niño con un día triste es ofrecerte a hablar con él o ella sobre lo que está ocurriendo.
Aquí algunas ideas para empezar:
- Elige el lugar adecuado. Sentarse a tener una "charla" no siempre es la mejor manera de conectar con ciertos niños. Puede que necesites mencionarlo de manera más casual, como cuando están haciendo una actividad juntos o en el auto.
- Haz preguntas abiertas. Este tipo de preguntas le dan a tu hijo la oportunidad de responder y compartir sus sentimientos. Así es como conocerás su perspectiva.
- Escucha sus respuestas. Esto puede hacer que tu hijo se sienta escuchado y validado en sus sentimientos. Los adolescentes pueden querer que alguien los escuche (incluso si no lo piden). Trata de tomarte el tiempo para escuchar y entender antes de saltar a solucionar el problema.
- Revisa cómo está. No intentes forzar a tu hijo a hablar. Solo déjale saber que estás disponible si quiere hablar y dale la opción de abrirse cuando esté listo. Algunos niños pueden estar más dispuestos a hablar si saben que respetas su tiempo. Si no están listos, pídele que elija un momento para hablar y asegúrate de expresar tu preocupación y disposición para escuchar en cualquier momento.
- Enseña maneras de enfrentar la tristeza
Además de normalizar los días tristes y escuchar y validar sus emociones, también es importante hacerles saber a los jóvenes que existen herramientas que pueden ayudarlos a procesar la tristeza cuando estén listos.
Es posible que necesites enseñarles cómo usar esas herramientas.
Una vez que les hayas dado espacio para sentir su tristeza y hablar sobre ella, podrías animar al niño a que se mantenga activo o encuentre una distracción.
Cualquier actividad que los ponga en movimiento—en lugar de aislarse y quedarse atrapados en la emoción—puede ayudarlos a lidiar de manera saludable.
La tristeza también puede ser resultado de pensamientos negativos frecuentes. Si notas que tu hijo expresa muchos pensamientos negativos, puedes ayudarlo a hablar sobre ellos.
Es importante guiar suavemente a los niños para que encuentren maneras saludables de lidiar con la tristeza, dándoles tiempo para procesar la emoción. En lugar de decirles qué hacer, deja que ellos mismos elijan sus maneras favoritas de enfrentar la tristeza.
Recuerda, incluso si no te relacionas con lo que está causando su tristeza, o si te resulta difícil ver a tu hijo molesto, los niños se benefician de tu ayuda para enseñarles a enfrentar estas emociones a medida que crecen.
El trauma intergeneracional en muchas familias latinas, como la migración o la discriminación, puede impactar en cómo los padres manejan las emociones de sus hijos. Abrir un espacio para reflexionar sobre cómo estas experiencias pueden afectar la forma en que los padres pueden responder de diferente manera es clave. Recuerda que responder desde un lugar de compasión y empatía, en lugar de reactividad, puede marcar una gran diferencia.
Cuándo preocuparse
No importa cuánto intentes ayudar, algunos niños pueden necesitar más apoyo—y eso está bien.
Si no están funcionando bien después de un par de semanas—pierden el apetito, les va mal en la escuela, no se cuidan, o evitan a sus amigos y actividades sociales—contacta al pediatra de tu hijo o a un profesional de salud mental. Buscar ayuda es una manera de fortalecer a la familia. Reconocer que todos necesitamos apoyo a veces puede abrir el camino hacia una mejor salud mental para todos.
La tristeza es normal tanto en niños como en adultos. Cuando compartes herramientas de afrontamiento con los niños, les ayudas a aprender a lidiar con las emociones—una lección de vida que les será útil por el resto de sus vidas.