- El estrés puede ser interno (pensamientos acelerados o dificultad para dormir) o externo (impaciencia o fatiga) y afecta tanto la salud física como mental.
- Casi la mitad de todos los padres se sienten abrumados por el estrés debido a preocupaciones financieras, falta de tiempo y las necesidades o el desarrollo de sus hijos.
- Aprender a manejar el estrés es beneficioso tanto para ti como para tus hijos. Hay pasos concretos que puedes seguir para reducirlo.
Autocuidado para cuidadores de niños con diagnóstico de salud mental
Resumen Del Artículo
Alegría, expectación, frustración, preocupación y orgullo son sentimientos comunes a la mayoría de los padres y cuidadores cuando ven a su hijo convertirse en adulto. Estas emociones pueden ser aún más intensas cuando el niño tiene que enfrentarse a un diagnóstico de salud mental. Los padres y cuidadores pueden sentirse culpables, temerosos o abrumados mientras aprenden a apoyar a su hijo. Sepa que todas las emociones son normales cuando se atraviesa esta experiencia.
Dedicar tiempo a cuidarse a sí mismo le permitirá estar mental y físicamente preparado para cuidar de su hijo. También modelará hábitos saludables para su hijo; sabemos que ésta es una de las mejores maneras de ayudar a los niños a aprender a afrontar sus propios momentos difíciles. He aquí algunas ideas de por dónde empezar:
- No esperes la perfección. Empezar con autocompasión te ayudará a gestionar los retos. A veces, usted u otros miembros de su familia cometerán errores; las cosas no siempre irán según lo planeado; y el progreso no siempre será directo. Navegar por un diagnóstico de salud mental con un paciente joven que tiene un cerebro en desarrollo es un proceso lleno de fases, ajustes y cambios. Tómese su tiempo y reflexione sobre sus puntos fuertes y sus éxitos. Practicar la gratitud diaria en familia puede ser una forma estupenda de hacerlo.
- Piensa en pequeño. Estás haciendo muchos equilibrios. No pasa nada por dedicarte unos minutos al día. Lo verdaderamente importante es que tengas un propósito y elijas hacer algo que valores, disfrutes y te aporte cierta calma o felicidad. Algunos ejemplos son breves paseos, 10 minutos de lectura antes de acostarse, organizar un cajón, crear algo, escuchar música o meditar.
- Apoyo social. Sabemos que una de las mejores formas de afrontar las situaciones estresantes de la vida es apoyarnos en nuestras redes sociales. Por desgracia, un elevado número de padres afirman que sus matrimonios y relaciones significativas se resienten como consecuencia de cuidar a un hijo con un diagnóstico de salud mental. Cuide sus relaciones y acérquese a sus amigos y familiares. Las conversaciones breves o el tiempo de calidad con los amigos pueden marcar la diferencia. Recuerde que está modelando comportamientos positivos para su hijo y que haciendo cosas que le mantengan mentalmente sano podrá apoyarle mejor. Además, no tengas miedo de pedir ayuda a tu red cuando la necesites.
- Desafíe los pensamientos negativos. Muchos padres se sienten culpables o se culpan por lo que está pasando su hijo. Recuerde que los diagnósticos de salud mental suelen deberse a factores biológicos o ambientales que escapan a nuestro control. Fíjese si se está quedando atrapado en patrones de pensamiento negativos sobre el diagnóstico de su hijo. Desafíe esos pensamientos preguntándose si son realmente ciertos. ¿Qué le diría a un amigo si estuviera en esta situación? ¿Qué otra forma de pensar puedo tener?
- Añada interacciones positivas. Algunos padres cuyos hijos tienen diagnósticos de salud mental descubren que sus interacciones y la relación con su hijo pueden volverse difíciles. En esos casos, es importante encontrar momentos para una interacción positiva con su hijo. Puede repasar fotos antiguas de ellos, recordar momentos felices que hayan tenido anteriormente o nombrar varias cualidades que le gusten de su hijo.
- Infórmese en fuentes fiables sobre el diagnóstico de su hijo. A veces, una de las mejores cosas que podemos hacer para combatir nuestros pensamientos y sentimientos de ansiedad es comprender mejor por lo que está pasando nuestro hijo. He aquí algunas formas de empezar:
- Empiece por hablar con el profesional de salud mental de su hijo o con su pediatra. Haga todas las preguntas que tenga sobre el diagnóstico, los síntomas y los resultados esperados del tratamiento de su hijo. El equipo de tratamiento de su hijo podrá establecer expectativas para usted y compartir ideas sobre cómo puede apoyar mejor a su hijo.
- Si buscas información en Internet (¡todos lo hacemos!), ten en cuenta si tus fuentes son creíbles. Busca información procedente de organizaciones médicas, como las páginas web de los hospitales, o de organizaciones nacionales, como la Asociación Americana de Psicología. Fíjate en quiénes son los autores de los artículos que lees. ¿Son especialistas licenciados en salud mental?
- Busque un grupo local de apoyo a los padres. Organizaciones como National Alliance on Mental Illness (NAMI) y Mental Health America (MHA) tienen grupos locales en todo el país. Algunas iglesias, grupos comunitarios, organizaciones de salud conductual y hospitales también tienen este tipo de grupos.
- Cuando sea posible, notifíqueselo a su jefe/empleador. Es posible que tenga que compaginar sus responsabilidades laborales con las citas terapéuticas. Considere la posibilidad de hablar con alguien del trabajo sobre la mejor manera de gestionar los próximos cambios en su horario.
Si alguna vez nota que le cuesta realizar sus actividades cotidianas o se siente triste, irritable o ansioso la mayoría de los días de la semana durante largos periodos de tiempo, puede ser útil que busque terapia para usted.